Las cardiopatías matan a hombres y mujeres, pero no son su destino. Aunque algunos factores de riesgo (antecedentes familiares y edad) no puedan modificarse, no hay razón para no tomar medidas para prevenir las cardiopatías.
Tome medidas para evitar las enfermedades del corazón: no fume, haga ejercicio regularmente y coma alimentos sanos.
Si adopta medidas para llevar una vida sana desde hoy, podrá evitar futuros problemas cardiacos. He aquí cinco reglas importantes para la salud del corazón que puede poner en práctica de inmediato:
1-No Fume
Fumar o consumir otras formas de tabaco es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de cardiopatías. El humo del tabaco contiene más de 4800 sustancias químicas, muchas de las cuales dañan el corazón y los vasos sanguíneos. Como consecuencia, provocan el estrechamiento de los vasos sanguíneos (aterosclerosis). La aterosclerosis acaba provocando infartos de miocardio. La nicotina del humo de los cigarrillos también dificulta el funcionamiento del corazón al estrechar los vasos sanguíneos, aumentar la frecuencia cardiaca y elevar la tensión arterial. El monóxido de carbono del humo sustituye parte del oxígeno de la sangre. El corazón tiene que esforzarse para suministrar suficiente oxígeno y la tensión arterial aumenta.
El llamado tabaquismo social, fumar con amigos en pubs o restaurantes, también es perjudicial y aumenta el riesgo de cardiopatías. Las mujeres que fuman y toman la píldora anticonceptiva tienen más riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares que las no fumadoras. Peor aún, este riesgo aumenta con la edad y es especialmente pronunciado en mujeres mayores de 35 años. Un buen resultado de dejar de fumar es que el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas se reduce considerablemente en el plazo de un año. No importa cuántos años o cuántos cigarrillos al día haya fumado, en cuanto deje de fumar empezará a notar los beneficios: mejora su respiración, su color, su tensión arterial se aproxima a la normalidad, su frecuencia cardiaca (pulso por minuto) se normaliza.
2-Ser más Activo
La actividad física regular y no excesiva puede reducir el riesgo de cardiopatías mortales. El beneficio es aún mayor si la actividad física se combina con otros hábitos de vida saludables (por ejemplo, mantener un peso normal). La actividad física (ejercicio, gimnasia) ayuda a controlar el peso y puede prevenir la aparición de ciertas afecciones (hipertensión, colesterol alto y diabetes) que pueden sobrecargar el corazón. La actividad física también reduce el estrés, que es un factor de desarrollo de enfermedades cardiacas.
En general, se recomienda realizar entre 30 y 60 minutos de actividad física moderadamente vigorosa (caminar, correr, subir escaleras, etc.) algunos días a la semana. Si no puedes hacerlo, no te rindas, los periodos más cortos de gimnasia también pueden ser beneficiosos. También es útil para trabajar en el jardín, hacer las tareas domésticas, sacar al perro a pasear, etc.
3 – Seguir una Dieta Cardiosaludable
Una dieta cardiosaludable es una dieta baja en grasas, colesterol y sal. También incluye mucha fruta y verdura, cereales y productos lácteos bajos en grasa, legumbres y pescado. También es importante limitar ciertas grasas (saturadas, insaturadas, monoinsaturadas y trans), que aumentan el colesterol en sangre e incrementan el riesgo de enfermedad coronaria. La carne roja, la mantequilla, el queso, la leche y los aceites de coco y de palma contienen muchas grasas saturadas. Se cree que las grasas trans son más perjudiciales que las saturadas porque aumentan el LDU (colesterol malo) y reducen el HDL (colesterol bueno). Alimentos que contienen grasas trans: comida rápida frita, margarina, galletas y productos de panadería, etc.
Los ácidos grasos omega 3 son grasas poliinsaturadas que reducen el riesgo de infarto, protegen contra los trastornos del ritmo cardiaco y disminuyen la tensión arterial. Algunos pescados son fuentes naturales de grasas omega 3. Sin embargo, las embarazadas y las mujeres en edad fértil no deben comer tiburón, pez espada y caballa porque contienen mercurio, que puede ser perjudicial para el niño, mientras que los demás sí pueden comer estos pescados. El aceite omega 3 también se encuentra en pequeñas cantidades en la linaza, las nueces, la soja y el aceite de canola. Beber alcohol con moderación (los hombres, dos copas al día, y las mujeres, una) es beneficioso para el corazón. Por encima de esto es perjudicial para la salud.
4-Mantener un Peso Corporal Saludable
Cuando se gana un exceso de peso en la edad adulta, se trata más de grasa que de músculo. Este exceso de peso puede provocar enfermedades cardiacas (hipertensión, colesterol alto y diabetes). Es posible determinar si su peso es saludable calculando el índice de masa corporal (IMC). Para ello, se utilizan el peso y la estatura: peso kg/estatura metros al cuadrado, por ejemplo 70/ (1,70) al cuadrado = 24. Un IMC superior a 25 se asocia a un aumento de las grasas en sangre y de la tensión arterial y, por tanto, a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. El IMC no es una pauta saludable. El músculo tira más que la grasa. Los hombres y las mujeres con músculos pueden tener un IMC elevado a pesar de estar sanos. Por este motivo, medir el perímetro de la cintura es una forma útil de medir la grasa abdominal. Un perímetro de cintura superior a 101,6 cm en los hombres y a 88,9 cm en las mujeres indica sobrepeso. Perder un 10% del peso corporal reduce la tensión arterial y el colesterol y disminuye el riesgo de diabetes.
5- Revisión Periódica (Chequeo Medico)
La hipertensión y los niveles altos de colesterol dañan el corazón y los vasos sanguíneos. Es útil controlarlas. La tensión arterial: Los controles periódicos de la tensión arterial empiezan en la infancia. Los adultos deben controlarse la tensión arterial cada dos años. Si los valores de tensión arterial no son óptimos o si existen otros factores de riesgo de cardiopatía, estos controles deben ser más frecuentes. La tensión arterial óptima debe ser inferior a 120/80 mmhg.
Colesterol: Los adultos deben medirse el colesterol al menos una vez cada cinco años. Los controles deben continuar en función de los resultados. Los niños deben someterse a controles más frecuentes si tienen antecedentes familiares de cardiopatías.
Es posible prevenir las enfermedades cardiacas, para ello es importante un estilo de vida que proteja la salud del corazón.